Viajar en invierno significa todo un reto. El frío y las condiciones climatológicas muchas veces nos obligan a dejar la moto en el garaje. Las lluvias, los fuertes vientos y la nieve son algunos elementos que pueden presentarse mientras conducimos nuestro vehículo, por lo cual debemos extremar las medidas de precaución y seguridad.
Ir bien equipados
En primer lugar, debemos ir debidamente equipados al salir de casa. Si no tenemos la indumentaria correcta, nuestro cuerpo sufrirá aún más las bajas temperaturas. Entonces, ¿qué debemos llevar puesto? En el mercado hay una gran variedad de chaquetas de moto para invierno, pantalones de cordura y guantes de moto de invierno. Por otro lado, si vamos a realizar un viaje largo, conviene llevar un buen traje impermeable para protegernos.
De acuerdo con el especialista de MONEDEROSMART, Alejandro González, si las condiciones climatológicas son extremas, es necesario incluir otras prendas. “Es necesario usar ropa térmica debajo de la indumentaria de moto, la cual no solo nos protegerá del inclemente frío, sino también reducirá la pérdida de temperatura corporal. A la indumentaria mencionada podemos añadir unas botas de moto que nos protejan de la lluvia y mantengan nuestros pies secos”, sostiene.
Revisar el estado de la moto
Una vez tengamos nuestra ropa de invierno para ir en moto, debemos revisar de manera exhaustiva el estado de nuestro vehículo en general. Ello aplica para cuando salgamos de ruta o a realizar algún viaje, por más corto que sea. Debemos revisar el estado y presión de los neumáticos y verificar que puedan desalojar de forma adecuada el agua en caso de lluvia. Igualmente, el sistema de iluminación debe marchar bien, así como el estado de la batería. Por último, no olvidemos comprobar los niveles de aceite y demás elementos, a fin de reducir la posibilidad de averías.
Aunque adoptemos todas las medidas de seguridad necesarias, en algunas ocasiones la lluvia o el viento alcanzan niveles tan altos que la conducción empieza a dificultarse. En tales casos, lo mejor es detenernos hasta que las condiciones mejoren y la conducción sea segura. Lo mismo aplica si hay una fuerte nevada, pues el agarre será más complicado.
Por otra parte, el hielo puede complicar aún más la conducción. Este facilita el deslizamiento de las ruedas de la moto, lo cual podría causar fácilmente una caída. Es más frecuente en las primeras horas del día o al atardecer, debido a que los rayos del sol no han podido incidir.
Por último, es necesario prestar atención cuando llueve en la ciudad, pues el agua y la suciedad del asfalto pueden provocar una caída. Se recomienda realizar varias paradas si realizamos trayectos largos y mantener las manos calientes. Un buen truco es hacerlo con el tubo de escape. No obstante, hay que ser cuidadoso para evitar quemaduras.