Cambiar el aceite de tu moto es una tarea fácil, pero todo lo que tiene de sencilla lo tiene de sucia, y además tenemos que tener en cuenta que el lubricante que sacamos del motor tiene que acabar en un punto limpio, lo que nos obliga a conservarlo hasta entonces.
A la hora de hacerlo, puedes acudir a un taller o quizás prefieras aprender a hacerlo tú mismo.
Seguramente no te salga perfectamente a la primera, pero seguro que poco a poco lograrás perfeccionarlo.
Cambiar el aceite no es una tarea que sea complicada, pero sí que requiere una cierta infraestructura. Por una parte el lubricante que desechamos tiene que caer en algún recipiente adecuado, y además no lo podemos tirar por el retrete precisamente.
Actualmente en cualquier población hay un «punto limpio», en el que nos podemos deshacer de él, pero aun así hay que guardarlo en un recipiente seguro, y hablamos de una cantidad entre tres y cinco litros, que no es poco.
La primera es la presencia de un carenado que impida acceder al tornillo de vaciado, y que nos obligue a quitarlo, la segunda que el tornillo tenga alguna característica especial, pero esto último es extraño. También puede ser que por cambiar el escape el tornillo se haya quedado encima de alguna pieza.
En cualquier caso, sin complicaciones especiales, con una llave para extraer el tornillo y una bandeja dónde dejar caer el aceite que tenga la suficiente capacidad, será suficiente. Pocas cosas necesitan tan poco.
A partir de ahí hay algunos detalles que se pueden cuidar, como volver a apretar el tornillo de vaciado con una llave dinamométrica, que impedirá que lo pasemos de rosca, algo que es realmente complicado de resolver.
El aceite de tu moto que sustituyamos debe ser el mismo que ya teníamos o perfectamente compatible si no cambiamos el filtro, porque una parte del viejo se queda en el interior del motor.